Si no nos gusta la comida que nos deja llena de agua la boca, queremos preparar platos sin líquidos o simplemente queremos dejar los alimentos sin agua para que se conserven durante más tiempo, un deshidratador de alimentos puede resultarnos una excelente solución. Aquí examinamos y comparamos los mejores.
Deshidratador de cinco pisos
Un artículo de plástico blanco, pequeño, pero de casi dos kilos de peso y muy barato. Está preparado para deshidratar verdura y fruta, además de otros alimentos más consistentes como la carne. Así, podemos conseguir para cocinar estupendos ingredientes y aperitivos deliciosos como chips de manzana o plátano, carne disecada, tomates secos o fruta dehisfratada. También se puede emplear para secar galletas decoradas o comida crudivegana, pero no sirve para hacer pan. Está pensado para consumidores principiantes, debido a que no tiene funcionalidades especiales (temporizador, regulador de temperatura…). Para un mejor trabajo, es aconsejable cortar los alimentos en trozos pequeños y finos y dejar espacio entre ellos, además de no colmar las bandejas.
Este potente electrodoméstico de Clatronic posee cinco bandejas que se pueden poner una encima de la otra, pero sin que por ello deje de distribuirse de manera uniforme el calor por todas ellas gracias a sus sistema de recirculación del aire y a su protección contra el exceso de calentamiento. Se maneja de forma muy sencilla, con un interruptor de apagado y encendido. La potencia que requiere es bastante moderada, de 250 vatios. No hay regulador de temperatura, sino que funciona por tiempos de secado en función de lo que precise cada alimento. Debido a que deshidrata a baja temperatura, normalmente necesita varias horas para llevar a cabo su trabajo, según el grado de humedad, pero normalmente en torno a 8.
Deshidratador para comida cilíndrico
Con este deshidratador para alimentos podemos regular, mediante un mando de giro, la temperatura que producirá la máquina en sus cinco niveles desde los treinta y cinco hasta los setenta grados. En él podemos secar todo tipo de productor, conservando tanto las propiedades nutricionales como el olor: carne, especias, fruta, hierbas, nueces, pasta, semillas o verdura. Fabricado en color blanco, es algo voluminoso y pesado, de nueve kilos. Aparte de la regulación, no tiene ninguna función especial más: carece de apagado automático.
Un aparato diseñado para aumentar la despensa de alimentos, siguiendo la tradición de aprecio por los alimentos desecados de los antiguos romanos y eslavos. Eliminando el agua, se impide el crecimiento de las bacterias perjudiciales, el moho y los hongos, conservando así los alimentos durante más tiempo, sin que por ello se pierdan ni el olor ni otras cualidades. Los usuarios destacan el abundante espacio entre las bandejas, el cual ayuda a que los alimentos no contacten entre ellos, así como su silencio durante el funcionamiento. El punto flaco, señalan, es que sus rejillas son muy frágiles y se rompen con el menor impacto.
Deshidratador de baja potencia
Elaborado en acero inoxidable con acabado rojo o acabado plateado, un detalle que se refleja en el precio. No obstante, la diferencia es escasa y la cantidad es media. Se trata de un deshidratador flexible de cinco bandejas, preparado para encargarse de carnes, frutas, hierbas, setas y verduras, lo que le echen. Se maneja de manera muy sencilla, apenas hace ruido y distribuye el calor de manera uniforme. No se le escapa nada, desde plátanos hasta tomates.
Destaca, frente a otros modelos, por su baja potencia (250 vatios). Tiene tanto regulador de temperatura (desde 40 a 70 grados) como de tiempo (de 0 a 36 horas) en pantalla LCD y panel de mandos con dos botones, además de una bandeja extra para las finas hierbas y frutos más pequeños. Se puede desmontar en parte, tiene pies contra los deslizamientos y es sencillo de limpiar. Pesa un poco más de 2 kilos y es de tamaño medio. Incluye auriculares y tapa, pero el manual de instrucciones no tiene versión en español.
Deshidratador para alimentos automático
Los alemanes han fabricado este aparato automático algo menos barato que el resto. La potencia que puede alcanzar oscila entre los 250 y los 750 vatios, haciéndolo más fuerte que otros disponibles en el mercado. Pesa casi tres kilos, es cilíndrico y de 34 centímetros en todas sus dimensiones, con un mando en la parte superior con el que se elige de 0 a 12 horas y 3 niveles de intensidad en el desecado. El temporizador tiene incorporado apagado automático.
Cada balda es capaz de dar cabida entre 300 y 400 gramos de verduras o 600 de fruta; también sirve para hacer crakers. Los clientes valoran negativamente que el manual, que carece de instrucciones en español, indica nos tiempos de secado inferiores a los reales, y destacan la buena relación entre calidad y precio.
Deshidratador de verduras con temporizador
El modelo más lujoso, lo cual se nota en su elevado precio. Nos encontramos ante un deshidratador de alimentos de primera calidad, cilíndrico y blanco, de factura suiza y con garantía de dos años. Garantiza además un resultado uniforme y cohesionado gracias a su sistema de aire caliente que circula activamente. Posee temporizador y termorregulador, que alcanza los 70 grados de temperatura.
El pequeño electrodoméstico, que pesa algo más de dos kilos y tiene unas dimensiones medias, se compone de tres rejillas de plástico ecológico, que se pueden limpiar en lavavajillas, con 33 centímetros y medio de diámetro. Alcanza una potencia de 600 vatios.
Comparativa: Los 5 mejores deshidratadores de alimentos de 2023
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Deshidratador de cinco pisos | Deshidratador de baja potencia | Deshidratador para alimentos automático | Deshidratador de verduras con temporizador | |
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Categoría | Cocina | Cocina | Deportes | |
Marca | Clatronic | KLARSTEIN | Bielmeier | Stockli |
Color | Blanco/Multicolor | Df - Rojo | Blanco | |
Modelo | DR2751 | 601127 | 0076.72 | |
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Consejos para comprar un deshidratador de alimentos barato
Un deshidratador de alimentos no es un producto especialmente difícil de elegir ni con muchas especificaciones técnicas. Todos tienen el mismo voltaje y cumplen más o menos las mismas funciones. Se diferencian en varias prestaciones, extras y tiempo de trabajo básicamente. La gama de precios es relativamente similar, con la excepción de los productos más caros, que se disparan. En general, recomendamos un gasto medio, porque los modelos más baratos son más difíciles de controlar (hay que estar más pendiente de ellos) y son más lentos.
La potencia es quizá el factor en el que más nos debemos fijar, debido a que determinará la fuerza y sobre todo la velocidad de desecado. Luego cabe mirar la regulación de la temperatura, el termostato, los mandos… cosas que nos hagan más sencillas la vida.
En último lugar, pero no por ello menos importante, debemos tener en cuenta la capacidad de la máquina, sobre todo si tenemos intención de utilizarla intensivamente. Luego, también, lo que pesa, el tamaño que ocupa, la facilidad de limpieza, etc.