El kéfir está ganando adeptos, puesto que se ha comprobado que se trata de un alimento mucho más saludable que el yogurt que compramos en los supermercados que están llenos de componentes artificiales que no hacen otra cosa que hacer daño a nuestro organismo. Aunque en las tiendas se está comercializando el kéfir, nosotros te vamos a dar una receta para que sepas cómo hacer kéfir casero de manera sencilla y con un sabor que te conquistará y que hará que dejes de comprar yogurt para hacer este alimento saludable.
Receta de kéfir casero
Lo primero y esencial que debes de tener para elaborar kéfir o leche kefirada son los gránulos o nódulos que harán que el resultado final tenga la textura deseada. Esto es posiblemente lo más complicado, ya que o bien te lo consigue alguien que ya tenga en casa, o tendrás que comprarlo en alguna tienda especializada en este tipo de productos. Una vez que lo has conseguido, el resto es mucho más sencillo de elaborar, aunque también necesitarás algunas indicaciones importantes que debes seguir si quieres que el sabor sea el deseado.
El siguiente paso será el tener en tu poder un tarro de vidrio con tapa del mismo material, debiendo de rechazar aquellos que tengan otro componente como bien puede ser el plástico o las tapas metálicas que lo que conseguirán es darle otro sabor nada agradable al resultado.
Tienes que tener en cuenta que para tener kéfir casero necesitas seguir una proporción de tres cucharadas de los gránulos por un litro de leche, debiendo de tener al menos un tercio del tarro vacío, es decir, que cuando se vierta la leche y los nódulos debe quedar espacio para que fermente, de lo contrario no podrás disfrutar de este alimento bien elaborado. Esto se realiza principalmente para que los gases que se producen en la fermentación puedan liberarse sin crear presión.
Finalmente, lo siguiente que realizaremos será cerrar la tapa con mucha fuerza y colocar un paño con un elástico o cuerda para que no se escape bajo ningún concepto el gas ni que pueda abrirse. Según la acidez que quieras para tu kéfir, tendrá que estar más o menos tiempo a temperatura ambiente, pudiendo ser 12 para realizar una leche kefirada y con un día completo tendrás un delicioso yogurt.
Una vez pasado este tiempo debes recordar que antes de tomarlo tienes que colar el resultado para eliminar el suero y la acidez.
Cómo tomar kéfir
Si eres principiante en esto de tomar kéfir, lo primero que te vamos a recomendar es que vayas degustándolo poco a poco, ya que, a diferencia de los yogures convencionales, tiene un sabor algo más ácido que no a todo el mundo le gusta. Una vez que te has familiarizado con su sabor no tendrás ni que añadirle nada más a la mezcla, pudiendo incluso usar con frutas cortadas en trocitos, cereales o como prefieras, tratándose de un alimento que se come como un yogurt normal y corriente.
Beneficios del kéfir de agua
El kéfir es un alimento con el que disfrutarás de muchos beneficios principalmente relacionados con el estómago y tu aparato digestivo. Después de muchos estudios realizados, se comprobó que aquellas personas que consumían diariamente kéfir conseguían mejorar el estado de sus gastroenteritis o incluso eliminar las diarreas.
Si has comido demasiado, algo habitual en las fiestas navideñas o en las grandes celebraciones o incluso cuando vas de barbacoa, tomar un yogurt de kéfir te hará que se equilibre la flora intestinal y que además no te sientas tan pesado después de estas comilonas, por lo que es muy beneficioso para tu estado de salud.
Es interesante saber que según el tiempo que lo dejes fermentar, tendrá unas cualidades u otras, por ejemplo, si lo que preparas es leche kefirada el efecto que tendrá en tu organismo será de laxante, por lo que viene bien para el estreñimiento. Sin embargo, en casos en los que tengas la barriga suelta y necesites cortar la diarrea, lo mejor será que supere el día de fermentación puesto que hará que mejore tu tránsito intestinal.
Contraindicaciones del kéfir
El kéfir puede tener alguna que otra contraindicación, pero debes de reconocer cuáles son. En algunos casos, después de tomar kéfir hay personas que sufren diarrea o incluso hinchazón abdominal. Si esto te ocurre continuamente es preferible que no lo tomes y que te dirijas a tu médico para preguntarle si es posible que tenga que ver el kéfir en estos males.
Si eres alérgico a la levadura, deberás de evitar comer este alimento, puesto que se trata de un compuesto muy similar, y, por lo tanto, tienes muchas posibilidades de que te siente mal. Pasa exactamente lo mismo si eres intolerante a la caseína o a la lactosa, ya que como puedes imaginar, si este alimento está realizado con parte de leche, debiendo ser esta lo más fresca posible, tendrás problemas estomacales y no te sentirás bien.
Recuerda que, si quieres que tus hijos tomen kéfir, deberás de preguntar antes a tu pediatra por si existe alguna contraindicación más específica que debas saber.
Propiedades del kéfir de leche
Entre las decenas de propiedades que tiene el kéfir de leche, nos podemos encontrar que es bueno para los diabéticos, puesto que es capaz de regular los niveles de azúcar en sangre, consiguiendo que, después de varias semanas, el cuerpo se sienta mucho mejor.
Según algunos estudios se ha comprobado que la ingesta de kéfir puede hacer que se reduzcan los síntomas de alergias relacionados con el aparato respiratorio, como también ayudará a que reduzca el asma.
Otras investigaciones han comprobado que es bueno para prevenir el cáncer, aunque este estudio se ha realizado únicamente en animales, se está viendo como podría ser un buen alimento para reducir la probabilidad de que aparezca este tipo de enfermedades.
Para aquellas personas que han sido bebedoras, es recomendable la toma del kéfir porque consigue limpiar el organismo de las toxinas del alcohol y de los excesos, siendo ideal que se tome al menos durante uno o dos meses todos los días para sentirse mejor.