Es posible que en su casa haya humedad, viva en un clima frío o simplemente necesite tener la ropa a punto rápidamente. En cualquier caso, necesita una secadora, un producto cada vez más utilizado. Aquí analizamos las mejores.
Secadora de evacuación Beko
Una estupenda secadora de evacuación que avisa cuando ha terminado el ciclo de trabajo y tiene función antiarrugas automática después de haber realizado el secado. Gracias a ella, el tambor separa con suavidad la ropa, evitando que se formen dobleces y dejando nuestras prendas secas y listas para el uso inmediato. Cuenta también con inicio diferido además de evacuación mecánica, pero no seca por sensores. Es de 8 programas distintos (que tienen a su vez función de seguimiento y bloqueo infantil), color blanco y clase C de eficiencia energética. Indica por LED cuándo hay que limpiar el filtro.
Carga hasta con 7 kilos y sus dimensiones son de 85 centímetros de alto, 60 de ancho y 54 de fondo. Hay que especificar que las salidas de aire son solo traseras y el consumo anual es de 514 kilovatios hora. Su ventaja principal: el precio barato. El inconveniente: que el reparto es a pie de calle, no la suben hasta casa.
Secadora de ropa de evacuación Candy
Otro ejemplo de la mejor secadora de evacuación sin mayores pretensiones, de carga frontal. Produce 67 decibelios de ruido, algo menos que una aspiradora en funcionamiento. Pesa 29 kilos y tiene unas dimensiones de 60 centímetros de ancho, 85 de alto y otros 60 de fondo. Soporta una carga de 8 kilos de ropa de algodón y la mitad si es sintética. Gracias a su sistema de tambor soft care, las prendas se deslizan suavemente por dentro mientras se secan, para un mayor cuidado.
La máquina es de clase C, con sistema de control de la humedad y 2,3 kilovatios de potencia necesaria para conectarse. Podemos iniciarla en diferido 3, 6 o 9 horas. Cuenta con indicadores LED y varios programas: acabado de lana, antiarrugas, delicados, planchado fácil y secado rápido, en 40 minutos. Tiene garantía de dos años, consumo de 580 kilovatios hora anuales y precio razonable.
Secadora de condensación Indesit B
Pasamos ahora a las mejores secadoras de condensación. Esta cuenta también con display digital y una amplia gama de programas de funcionamiento, nada menos que 16, como por ejemplo ecológico de algodón, de camisa y sintético, listo para colgar, deporte intensivo o especial calzado. Además de emplear la cubeta, se puede conectar al desagüe. Es de color blanco, carga frontal, pesa 35 kilos y tiene un tamaño de 58 centímetros de ancho, 60 de alto y 85 de profundidad, soportando hasta 8 kilos de carga.
Es de clase energética B (el segundo escalafón de eficiencia) y consume aproximadamente 560 kilovatios hora al año, con un ruido de 68 decibelios. El precio es moderado. Su ciclo dura 139 minutos y es programable, con rotación bidireccional, aviso sonoro de finalización, opciones de plancha fácil y sistema antiarrugas.
Secadora de ropa de condensación Indesit A
Un modelo muy similar al anterior, pero más moderno y más caro. Peso del producto. También más pesado (46 kilos) pero de parecidas dimensiones (60 por 62 por 83 centímetros). Es de clase energética A+, con lo que solo gasta 306 kilovatios hora al año, emite 69 decibelios de ruido y seca hasta 8 kilos de cada vez. El depósito de agua recoge cinco litros.
Es un artículo muy apreciado por los usuarios. Su ciclo es más largo, de casi 4 horas (235 minutos) y programable. Entre sus principales funcionalidades destacan el ciclo de refresco, el inicio diferido, el secado intensivo y los avisos de depósito vacío y fin de ciclo. Cuenta también con rendija de calzado y 16 programas de secado.
LG Bomba de calor
La secadora más moderna, casi un producto de lujo, pues el precio de entrada es bastante elevado. Fabricada en color blanco, es grande (60 por 59 y 85 centímetros) y pesada (56 kilos), albergando dentro hasta 8 kilos para secar. Tiene toda clase de programas como lana, sintético, rápido, de deporte…
Compensa su alto precio con su eficiencia energética: es de clase A++, y además solo emite 64 decibelios de ruido. Requiere solamente 1,8 kilovatios para funcionar y gasta 236 kilovatios hora al año. Cuenta con función de antiarrugas, luz interior, indicadores de que hay que cambiar el filtro y lo que queda de secado en la pantalla, bloqueo para niños, vibración y programación. Los ciclos duran 198 minutos.
Comparativa: Los 5 mejores secadoras de 2023
Consejos para comprar una secadora barata
Últimamente, debido a que las secadoras se han popularizado y han pasado de ser una rareza de lavandería profesional a un electrodoméstico de uso corriente, han descendido los precios volviéndose más baratas y ha aumentado mucho la oferta, debido a que todas las marcas han querido inundar el mercado con sus productos. Junto al interés de los consumidores, la tecnología ha ido perfeccionando estos aparatos.
Antes de comprar una secadora, es preciso saber si realmente la necesitamos. ¿No tienes terraza? ¿Tender la ropa dentro te llena la casa de humedad? ¿Al poner varias lavadoras de una vez, te quedas sin sitio donde secarlo todo? ¿Te urge secar prendas del colegio o del trabajo para el día de mañana? ¿Es invierno, llueve y la espera tradicional se eterniza? SI la respuesta a alguna de esas preguntas es sí, toca comprarse una de estas máquinas.
Hay tres tipos principales de secadoras. El primero es el de las secadoras de evacuación, las más sencillas y económicas, que se limitan a expeler el calor hacia fuera por una salida de aire, tras calentarlo en el interior con una resistencia eléctrica para luego sacar al exterior la humedad. Como ventaja, aparte del precio, tienen que apenas necesitan mantenimiento, excepto la limpieza de los filtros, como cualquier modelo. Poseen bastantes inconvenientes: precisan un sitio abierto para que puedan expulsar el aire caliente, gastan más energía y requieren más potencia para funcionar.
Las secadoras de condensación también calientan el aire con una resistencia eléctrica, pero después lo convierten en vapor de agua que se deposita en un cajón en lugar de ser expulsado; procesan en su interior la humedad, que luego nosotros debemos encargarnos de eliminar cuando se haya convertido en agua líquida, aunque también algunas cuentan con desagüe. Es un sistema que rentabiliza más la energía, seca mejor la ropa y se puede colocar en cualquier lugar del hogar. Es fácil de mantener (solo hay que limpiar la condensadora y el filtro y vaciar la cubeta) y el agua que obtengamos la podemos reutilizar, por ejemplo, para regar las macetas. Las más normales no son caras.
Por último, tenemos las secadoras más modernas, con bomba de calor. Funcionan introduciendo el calor del exterior dentro de la máquina para no tener que aumentar artificialmente la temperatura. Así, la potencia es mayor que la de las otras y el gasto energético hasta 3 veces más bajo y menos demanda de potencia, con lo que a largo plazo se ahorrará, pero de entrada son las más caras. Otra ventaja es que, dado que no utiliza resistencias eléctricas, la ropa se conserva mejor.
Otro factor a tener en cuenta a la hora de elegir secadora es la ubicación que tendrá en casa. En caso de que no tengamos demasiado espacio, será mejor elegir una de carga frontal. El tamaño estándar es de 60 centímetros, aunque también las hay menores (de 45) y que se cargan por arriba. En cuanto a la capacidad, es recomendable que siempre sea algo mayor que la de la lavadora que tengamos, puesto que la ropa mojada siempre pesa más que la seca. Por otro lado, los fabricantes recomiendan no llenar del todo la secadora, sino como mucho hasta el 80 %, para que la ropa pueda moverse durante el proceso y así secarse mejor. Así, aunque parezca extraño, se tardará menos en ejecutar los programas y la ropa saldrá menos arrugada de la secadora.
La mejor manera de saber cuánto consume la máquina, que es lo que nos puede interesar más a largo plazo, es mirar el etiquetado energético. Para hacernos una idea de lo que puede compensar comprar una secadora más cara, pero más eficiente, un modelo certificado como A+++ gasta un 40 % menos que un A+. La amortización puede tardar unos cuatro años, aunque depende de muchas circunstancias: la potencia contratada, el precio de la luz, el tipo de contrato, el uso… Según los estándares de la Unión Europea, la vida útil de una secadora se sitúa en torno a los 10 años.
Además de la etiqueta energética, para la que recomendamos siempre como mínimo una A (hay desde los tres pluses de la A hasta la D, y con la máxima categoría se gasta tanto como con dos secadoras puestas en la B), debemos tener en cuenta los programas que incluya el aparato. Habrá que mirar que tenga todos los usos que necesitamos: temporizador, ropa de algodón, delicada, sintética… y sensor de humedad, que ajuste el funcionamiento de acuerdo con lo mojada que esté la ropa.